Pongamos que como nueva aventura empresarial decides abrir una tienda física de ropa para chicas jóvenes. ¿Por qué no? Sabes cómo llevar un negocio, tienes contacto con proveedores de confianza que pueden proporcionarte productos de alta calidad y te seduce la idea de abrir unas cuantas tiendas. Hasta ahí, todo bien. Todo cuadra.

Una página web debe ser siempre un fiel reflejo de tu empresa o tu negocio, pero ha de hacerlo como tus clientes esperan verte representado y observando las últimas tendencias en diseño web y marketing digital.

Resulta que quieres poner la tienda a tu gusto. Digamos que eres un gran aficionado al jazz y que tu gusto es exquisito en cuanto a decoración. Tanto, que tu casa siempre es objeto de constantes parabienes por parte de todas las visitas.

Por lo tanto, te pones en contacto con empresas de reformas y de decoración de interiores y cuentas tu idea de cómo quieres que sean las tiendas. Algunas de esas empresas, con tal de no perder el trabajo te dirán que sí a todo. «Muy bien, usted quiere mobiliario de caoba, luces cálidas y tenues, y un buen equipo de sonido para escuchar a Billie Holiday y Ella Fitzgerald. O quizá algo de música clásica. Sin problema».

¡Error! Evidentemente, el que tiene la última palabra eres tú, pero la obligación de una buena empresa de diseño (web en nuestro caso) sería decirte que no vas por buen camino. Aunque la calidad de los productos que ofrezcas esté por encima de la media y tu pericia empresarial fuera de toda duda, es muy probable que la tienda no funcione todo lo bien que podría.

Si lo que quieres es estar solo en tu tienda disfrutando de la voz de Billie con una iluminación cálida en un ambiente acogedor y sentirte orgulloso de haber hecho algo diferente, muy bien. El dinero es tuyo y haces con él lo que quieres, pero nuestra obligación, aun a riesgo de no hacerte la página web, es informarte de que tienes muchas posibilidades de no vender un churro (o una camiseta, en el caso de que nos ocupa).

Te diríamos lo evidente: para optimizar las posibilidades de vender tienes que poner música de moda muy alta, luces blancas y fuertes, y decoración al uso en las tiendas de ropa para chicas jóvenes. ¿Por qué? Porque la tienda tiene que gustar a tus clientes, no a ti.

Con una página web corporativa sucede algo parecido. Debe representar bien tu empresa o tu negocio, pero ha de hacerlo como la gente (tus clientes) esperan verte representado y siguiendo lo que esté «de moda» en el diseño web. Al fin y al cabo, clientes o no clientes, todos somos humanos y por lo tanto, animales de costumbres. La página web debe hablar de tu empresa, claro que sí, pero no de cualquier manera. Incluso, insistimos, aunque a ti no te convenza la estética.

¿Prefieres tener un establecimiento completamente diseñado a tu gusto pero que no atraiga a absolutamente ningún cliente, por muy bueno que sea el producto que vendes, o quieres ganar dinero aunque te tengas que tapar los oídos cada vez que entras a tu propia tienda?

Lo que nosotros te aseguramos es que la calidad de los «materiales» de decoración y la atención al detalle en nuestro trabajo siempre va a dejarte completamente satisfecho.