En primer lugar, los errores ortográficos transmiten una falta de profesionalismo. Si una empresa no se toma el tiempo para revisar y corregir sus textos, ¿cómo se puede confiar en su capacidad para brindar productos o servicios de calidad? Los errores ortográficos pueden hacer que una empresa parezca descuidada, poco seria e incluso poco competente.
Los clientes potenciales pueden preguntarse si una empresa que no presta atención a los detalles en la comunicación también descuida otros aspectos de su negocio.
Es importante destacar que la corrección de errores ortográficos no es solo responsabilidad de los escritores o del departamento de marketing de una empresa. Todos los miembros de una organización deben ser conscientes de la importancia de una comunicación escrita correcta y deben esforzarse por garantizar la precisión y la calidad en todos los textos que se compartan con el público.